domingo, 21 de setembro de 2008

Die Welt als Wille und Vorstellung




La voluntad [de aquel que ve más allá del principium individuationis] da un giro, ya no afirma su propio ser, que se refleja en el fenómeno (Erscheinung), sino que lo niega. El Fenómeno (Phänomen) por medio del cual esto se manifiesta es el paso de la virtud a la ascesis. Ya no se contenta, en efecto, con amar al prójimo como a sí mismo ni con hacer por los demás lo que haría por sí, sino que nace en él un horror hacia ese ser cuya expresión es su propio fenómeno, hacia la voluntad de vivir, núcleo y esencia de ese mundo reconocido como un tormento. Por eso niega justamente esa esencia que aparece en él y que se expresa ya a través de su cuerpo, y sus actos dan ahora un mentís a su fenómeno y se ponen en contradicción con él. No siendo en esencia nada más que fenómeno de la voluntad, cesa de querer cosa alguna, huye de la dependencia de su voluntad respecto de cosa alguna y trata de reafirmar en su fuero interno la máxima indiferencia hacia todas las cosas. Su cuerpo, sano y robusto, expresa mediante los genitales el instinto sexual; pero él niega la voluntad y da un mentís al cuerpo: no quiere satisfacción sexual alguna, bajo ninguna condición. (...) Con la completa supresión del conocimiento, desaparecería de suyo el mundo en la nada, pues no hay objeto sin sujeto.
Libro IV, § 68, p. 449

(AS)

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